Si pudieras reinventar la educación, manteniendo aquello que te gusta, descartando aquello que no te convence, e integrando aquello que ves que le hace falta, ¿qué crearías?
Una de las herramientas a las que constantemente recurrimos en la planeación de las clases y del programa educativo es un concepto que proviene del Design Thinking, llamado Co-creación. En la co-creación, el diseñador no crea un producto o servicio de manera aislada, sino que invita desde my temprano en el proceso a sus clientes y otros involucrados a participar y dar sus puntos de vista sobre lo que el producto o servicio debería incluir.
Así, a pesar de que diseñamos programas basándonos en nuestra visión sobre lo que los niños necesitan aprender para el mundo que les espera, ha sido muy valioso constantemente escuchar y tomar en cuenta las inquietudes, intereses, y puntos de vista de, en primer lugar, cada niño, y en segundo, diferentes grupos de la sociedad, para diseñar clases más atractivas, interesantes, útiles, y relevantes.
El resultado ha sido un programa que, si bien no es perfecto y sigue mejorando cada día, integra la visión de diferentes personas a nivel mundial que participaron en el proceso de co-creación (de ahi que nos consideremos una escuela internacional), incluyendo:
- Empresarios. Constantemente tenemos reuniones con empresarios y emprendedores en varios países para obtener su perspectiva sobre las habilidades que se requieren en sus mercados para lograr los objetivos sociales y económicos que se han planteado. Es también interesante escuchar sobre su experiencia escolar, sobre la educación que quisieran para sus hijos, y sobre aquello que desearían que sus equipos supieran.
- Directivos. Al igual que los fundadores y dueños de empresas, los directivos de éstas tienen puntos de vista valiosos sobre la educación. Al estar a cargo de una gran cantidad de personas, recursos, y proyectos, tienen mucha claridad sobre el tipo de habilidades, conocimientos, y actitudes que valoran en las personas con las que trabajan y sobre algunas maneras de desarrollarlas.
- Pedagogos. Sus teorías, métodos, materiales y experiencias alrededor de los niños ha sido indispensable para definir las diferentes maneras de aprender y las etapas en el desarrollo de los niños. Si bien, aún existe cierto debate sobre si existe una técnica que sea la correcta para todos los niños, el conocer lo que cada corriente propone (Tradicional, Montessori, Reggio Emilia, Waldorf, Paideia, etc) ha resultado bastante enriquecedor.
- Teólogos. En Orígenes, hemos puesto el desarrollo espiritual de los niños al mismo nivel de importancia que su desarrollo mental y físico, por lo que hemos involucrado a teólogos y expertos en estos temas tanto para el diseño como para la operación de nuestros programas. ¿Quién es Dios?, ¿qué es el bien y el mal?, ¿qué significa amar?, ¿cuál es nuestra vocación?, ¿de dónde venimos?, y ¿hacia dónde vamos?, son preguntas difíciles pero a las que no les rehuimos.
- Intelectuales. Existen personas que si bien de inicio no están tan relacionados con temas educativos, su conocimiento sobre la cultura, la historia, la filosofía, etc. también ha aportado una visión más amplia sobre el mundo al que se estarán enfrentando los niños en el futuro, así como diferentes fuentes de información fidedignas a las que podemos recurrir.
- Otros. La lista incluye también personas como artistas, deportistas, padres de familia, psicólogos, profesores a diferentes niveles, arquitectos, educadores, directores de otras escuelas y participantes en organizaciones civiles. Todos ellos han respondido a la pregunta que planteábamos al inicio, y conforme más avanzamos, más hallamos claridad en la dirección hacia la que buscamos conducir a los niños (i.e. educar viene del latin educere, que significa conducir).
Sería más fácil simplemente basarnos en lo que los programas oficiales marcan o en lo que los libros de texto contienen, pero hemos querido ir mucho más allá y co-crear algo que verdaderamente responda y acerque a los niños a su plena realización, más que meramente ser útil para los fines políticos y económicos de los gobiernos en curso. Como decía María Montessori, "la educación de un niño pequeño no tiene como objetivo prepararlo para la escuela, sino para la vida". Este es nuestro objetivo y nuestro criterio de decisión para lo que enseñamos y lo que hacemos.